Marcel Jousse enseñó mucho pero escribió poco.
Por sus orígenes y por convicción, siguió siendo un “hombre de la palabra”.

professeur

En 1925, publicó un primer estado de sus investigaciones en una memoria titulada “Le Style Oral Rythmique et Mnémotechnique chez les verbo-moteurs” (Archives de philosophie, Beauchesne, 1925).
Esta obra sacude los círculos literarios; se la conoce como la “bomba de Jousse”. Su influencia también creció en los círculos científicos. Pero la guerra de 1940 rompió este impulso.

Durante su vida, sólo publicó una quincena de pequeñas memorias científicas.
Sin embargo, las conferencias orales que pronunció a lo largo de su vida, unas mil, fueron todas taquigrafiadas directamente.

Al final de su vida, comenzó a elaborar la síntesis de su pensamiento en la que volvió a las grandes leyes del gesto y la memoria: el ritmismo, la mímica, la bilateralidad y el formulismo.
En el momento de su muerte, en 1961, había muy poco de su obra a disposición de los investigadores y del público.
Pero dejó el material y las indicaciones que permitieron a su colaboradora Gabrielle Baron (1896-1986) publicar, póstumamente, los tres volúmenes de L’Anthropologie du Geste (1974), La Manducation de la Parole (1975) y Le Parlant, la Parole et le Souffle (1978). Fueron publicadas por Gallimard, en la colección “Voies ouvertes” dirigida por Jean Sulivan.

Gabrielle Baron mecanografió progresivamente todas las conferencias estenotípicas y constituyó una colección de 70 volúmenes. Estas 20.000 páginas pueden consultarse en las bibliotecas del Collège de France, del Institut Catholique de Paris y de las facultades jesuitas del Centro Sèvres, en París.
La Asociación Marcel Jousse, en 2003 y 2004, gracias a la ayuda del Conseil Général de la Sarthe, hizo digitalizar todos los cursos mecanografiados. Ya están disponibles para su descarga.

De este modo, se ha realizado una gran cantidad de trabajo de forma progresiva. Este trabajo ha permitido dar a conocer hoy la totalidad de las investigaciones del propio Marcel Jousse.
Marcel Jousse exploró y comprendió en profundidad el “compuesto humano”.
Explicó las leyes fundamentales del conocimiento, la memoria y la expresión humana que actúan en muchas civilizaciones. Hoy en día, los investigadores están ampliando su trabajo en una amplia variedad de campos.

Sus investigaciones le han llevado a centrarse en la transmisión oral en los círculos bíblicos, y más concretamente en la formación oral de los Evangelios, su transmisión oral y su traducción y escritura.
La originalidad de Marcel Jousse es que no se quedó en el plano teórico respecto a estas cuestiones, sino que las hizo accesibles a las personas con “estilo escrito”, proponiéndoles la práctica de recitaciones rítmico-pedagógicas del Evangelio.
Varias tendencias actuales de la transmisión oral de la Biblia son herederas de sus investigaciones.

Marcel Jousse pretendía establecer un vínculo entre disciplinas a menudo independientes:
antropología, etnología, lingüística, psicología, psiquiatría, pedagogía…

Mi ciencia sólo puede ser una ciencia de líneas de puntos… Pero este tipo de línea de puntos
se convertirá poco a poco en una línea cada vez más completa, ya que
multiplicar su propio trabajo“.

(Curso del 27 de noviembre de 1933 en la Escuela de Antropología)

En cada una de las intervenciones de Marcel Jousse, lo que se destaca es la dimensión multidisciplinar y práctica. Así, los programas anuales de todas sus conferencias en la Sorbona y en la Escuela de Antropología llevan las palabras :

” El trabajo antropológico de M. Marcel Jousse pretende buscar una conexión entre las disciplinas psicológica, etnológica y pedagógica. “

Para Marcel Jousse, el hombre es gesto y memoria.
Desde el despertar del niño en el pecho de su madre, el ser humano crece mejor si no se disocian el espíritu y el cuerpo, la psicología y la fisiología, el ritmo y la memoria, el gesto y la inteligencia.

” Básicamente, siempre he sido el antropólogo del Gesto Global y del ritmo vivo.
Si tengo un recuerdo desconcertante, es porque en mi juventud siempre iba al ritmo de lo que aprendía. “

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